El filósofo (¿?) Fernando Savater va votar a doña Ayuso en la batalla de Madrid. Toma ya. Precisamente ahora es cuando hay que dar un paso adelante –otro más, y van…- y demostrar con quién se está. Ahora, cuando hay riesgo, no sé si cierto, de que la progresía y los estercoleros multiculturales se movilicen ante las urnas y nos amarguen la fiesta.
Voluntad y representación
El espectador se ve inevitablemente asaltado por una disonancia cognitiva cuando asiste a las andanzas e industrias de don Pablo Iglesias Turrión. La disonancia se establece entre lo que el líder podemita representa y lo que es.
En el circo de Madrid
El método Ayuso opera como un irresistible imán que hace suyas incluso las fuerzas que aspiran a contrarrestarlo. El pueblo de Madrid se cansará algún día de doña Ayuso y su circo pero ese día no será el próximo cuatro de mayo.
Emergentes y sumergidos (y III)
‘Vox’ no es un grano que le haya salido a la derecha sino su célula primigenia, ese antepasado innombrable cuya memoria gravita sobre el linaje familiar, el guardián de las esencias. Es, como se diría en lenguaje épico, la voz de la sangre.
Pelotillas de papel
‘Fascista’ es una reliquia del cementerio léxico del siglo pasado, igual que ‘comunista’, término que aplica doña Ayuso, en justa reciprocidad, a sus adversarios. Ambos son ‘significantes vacíos’, que diría la pareja Laclau-Mouffe, inspiradora de los primitivos podemitas. Lo que no imaginaban los marxistas gaseosos es que la derecha iba a apropiarse del invento y utilizarlo con notable pericia y ventaja.