En los meses que han precedido a las elecciones del pasado domingo, la sombra del padre ha tenido un papel determinante sobre la deriva de los líderes de los primeros partidos. Los medios de comunicación sacaban a las momias de sus opulentos sarcófagos para que agitaran el espectáculo y los zombis aceptaban de inmediato la invitación.
La virreina y su séquito
El juego de tronos que se trae en Cataluña la derecha española no busca derrotar al independentismo en su terreno sino resolver un problema dinástico, la clase de asunto que menudea en la historia del país.
El conde de Montecristo
El secretario general del psoe es el Edmundo Dantès de la política española: traicionado por sus correligionarios, defenestrado, ignorado y vilipendiado, escapó del olvido al que le habían aherrojado y ahora es el conde de Montecristo que practica una sutil, gélida y deleitosa venganza sobre quienes quisieron acaba con él.
¡A las urnas!
Podríamos preguntarnos qué o para qué votamos. La agenda social está mediatizada, cuando no coartada, por los mercados y sus exigencias, y la organización territorial del estado está encorsetada en una constitución, que, digan lo que digan los embaucadores, fue diseñada para que fuera irreformable.
Erre que erre
Hacer política. Quienes repiten el mantra apuestan por el diálogo, el matiz, la paciencia, el reconocimiento del otro, etcétera. Pero ¿cómo hacer semejante ejercicio de sensatez si se cabalga sobre un tigre?