Un fiestorro de gente guapa en un club privado de Moscú ha abierto un frente interior en la santa Rusia. Los asistentes estaban invitados a comparecer lo menos vestidos posible y ahí aparecieron con su cuerpo serrano envuelto en gasas y redecillas y las partes pudendas a buen recaudo bajo la única y mínima prenda no transparente del traje de fiesta. Los protagonistas del evento estaban encantados de haberse conocido y no pudieron reprimir el legítimo deseo de compartir sus encantos con el resto del planeta, así que se colgaron de las redes, que es la forma rutinaria de suicidio por ahorcamiento en este tiempo transitorio hacia la nada. Las imágenes pudieron ser juzgadas por los mirones del mundo entero, y el espectáculo, la verdad, es un punto hortera, lo cual es disculpable porque no se puede ser adepto a Putin y glamuroso al mismo tiempo.
Es el caso, sin embargo, que el afán de notoriedad de los exhibicionistas moscovitas despertó la ira de los inquisidores del vecindario, que a estas alturas son legión y han puesto el grito en las cúpulas del Kremlin señalando con el dedo a los participantes en la fiesta cuando la patria está empeñada en una cruzada para salvar Ucrania de los nazis. Escoria y traidores, clamaron los jimenezlosantos rusos que pedían la cabeza de los casi nudistas. Por cierto, los mismos insultos que hace unos días le dedicaron a don Sánchez aquí en la remota provincia subpirenaica, lo que demuestra que el acervo verbal de los iracundos es igual de escaso en todas partes e inversamente proporcional a la temperatura de su encabronamiento.
A toda operación inquisitorial le sigue una ordalía en la que los acusados han de demostrar que no están poseídos por el demonio, y así Dima Bilán, el único ganador ruso de Eurovisión, ha asegurado que estuvo en la fiesta unos minutos y se escapó pitando y, a pesar de que era sabedor del código indumentario requerido, el fue de cuello alto, con capa y pantalones, es decir, disfrazado de conde Drácula. Ítem más, aseguró que la invitación que había recibido era para una exposición de arte. Quizá fuera una exposición de body art. La multifacética Ksenia Sobchak, hija del exalcalde de San Petersburgo Anatoli Sobchak que amamantó la carrera política de Putin, también estuvo en el aquelarre. En su testimonio hubo una pincelada de liberalismo cuando afirmó que las personas adultas pueden exhibir el culo entre ellas cuándo y dónde les plazca pero de seguido pidió perdón a quien hubiera podido sentirse ofendido (fórmula ritual e hipócrita que también utilizan aquí los filibusteros de la red) para concluir con un enfático amo a mi país. Ojo, a ver si le toman la palabra y la mandan al frente del Donbass.
En las redadas a ciegas se pescan peces gordos y principales que hay que devolver al mar, a la vez que se justifica la operación reteniendo algún pececillo menor que pagará por todos. En este caso es un rapero ¡cómo no! de nombre artístico Vacio, que se había currado la vestimenta festiva, reducida a un calcetín a modo de funda peneal ilustrado con una imagen de los Red Hot Chili Peppers. De esta guisa quiso sorprender a la audiencia y le han caído quince días de cárcel y dos mil euros de multa por vandalismo y propaganda homosexual. La sigla elegetebeiquaymás, que en la España alegre y confiada es causa de amenos debates en la izquierda, en Rusia tiene el filo de una cuchilla de guillotina.
La moraleja navideña del cuento es que la guerra envilece a los seres humanos y lleva la discordia a sus corazones. A unos los vuelve resentidos, vengativos y crueles; a otros, ridículos, cobardes y taimados. Al término de esta impostura compartida por inquisidores y brujas desde posiciones distintas y enfrentadas solo hay una víctima real, un inocente joven almost naked que quería sorprender con su mensaje a quienes le rodeaban y terminó en el martirio, como un niñito jesús en su pesebre de Belén. Si quieres que te admiren el culo, haz antes la paz.
P.S. A la vez que se escriben estas naderías, Rusia ha descargado un ataque aéreo masivo sobre las principales ciudades ucranianas.