El ciclo de la existencia está pautado por el calendario escolar y en septiembre se renueva la lucha por la vida. Este viejo, que tiene poca vida por la que luchar, vuelve sin embargo al banco de remero por una mezcla de obligación y de esperanza. La obligación es hacia sí mismo porque estas quinientas palabras en bicicleta estática constituyen el único signo de que está vivo, y hacia los lectores, pocos pero fieles, con quienes comparte la deriva de esta bitácora y ese don cada vez más precario de saberse en pie. En cuanto a la esperanza, no sabría decir en qué deberíamos depositarla.
El verano es una siesta dilatada en la que dejamos que la naturaleza vaya a lo suyo y abrase bosques de interior y barrigas en la playa. El cambio climático, que nos tiene en un sinvivir durante el resto del año, campa a sus anchas con la aprobación de la industria turística. Incluso las guerras –Ucrania, Gaza-, señal inequívoca de que la especie humana sigue al mando del planeta, parecen en estado de latencia. Habremos de esperar a que los capitostes políticos y los editores de prensa vuelvan de vacaciones.
¿En qué momento podremos decir que la humanidad ha despertado del letargo estival? El maestro Enric Juliana, que ya ha vuelto a la garita, asegura que será el 6 de noviembre, cuando se determine quién ha ganado las elecciones presidenciales usa y todos los agentes de la historia tengan claro a qué atenerse. Entretanto, unos y otros empiezan a tomar posiciones de acuerdo con la inercia que arrastran desde muy atrás. Los neonazis de los länder orientales de Alemania ganan elecciones y don Feijóo pide a don Sánchez que dimita y convoque elecciones, por este orden. Don Feijóo parece un jubilado al que no afectan los cambios estacionales ni hace planes de futuro; en invierno va con bufanda y en verano con abanico pero la matraca es la misma, de manera que los espectadores no sabemos si está congelado o achicharrado. El amigo Quirón tiene materia para continuar con la autopsia del personaje.
El famoso malestar social, que nadie parece diagnosticar con solvencia, diríase que ha encontrado su causa: la inmigración. Los datos reales apuntan a que es necesaria para el desarrollo económico y que los costes que produce en términos de seguridad pública y atención social son insignificantes, pero estamos condenados a debatir sobre este tema en el que hasta los curas intervienen para atribuir a los inmigrantes los déficits de su propia indolencia pastoral. La lucha política centrada en un asunto irreal ya se produjo en los años veinte y treinta del siglo pasado y es un síntoma del ascenso del fascismo: entonces fueron los judíos los señalados, con los resultados sabidos; nuestro mundo aún está sufriendo los efectos de aquella vileza.
Una buena noticia: Almodóvar vuelve al festival de Venecia, fresco como una lechuga. Un viejo que ha deparado a nuestra generación momentos de impagable felicidad. Qué carajo, aún estamos vivos.
Bueno, ya vale para primer día de curso.
Bien !!!! Te echamos en falta !! Necesitamos esas gotas de vinagre que nos echas a nuestra triste y agostada ensalada cotidiana.
Por aqui, en el pais de la «grandeur» hasta el presidente se ha tirado a la bartola.
Hola, Rodergas, gracias por tu saludo de bienvenida, que es recíproco.
Hola Manolo,
Agradezco tu vuelta al blog después de una prolongada soesta veraniega. Ya de vuelta en esta achicharrante Catalunya, leerte es un gusto.
Un abrazo
Hola, Marga, gracias por la bienvenida. Un abrazo,