La novia alborozada anuncia la boda con su novio holograma, que será en Rotterdam el verano próximo. Una boda de campanillas. La chica se llama Alicia y el novio Ailex, un parecido fonético que es síntoma de compenetración entre ambos, aunque ahí termina la similitud en la pareja. Ella es de piel sonrosada y cuerpo opaco y él es azul y traslúcido. Alicia ha dado la vuelta al mito bíblico y en vez de salir como Eva de la costilla de su compañero, lo ha creado ella, con los rasgos más apetecibles de ex parejas anteriores, familiares y amigos. Ailex representa, pues, a la humanidad o, como poco, a la tribu de Alicia, depurada de los rasgos más fastidiosos e irritantes de carácter y hábitos. Por ejemplo, no se espera que el holograma mee fuera de la taza del váter. Alicia ha creado a Ailex por la misma razón que Adán a Eva, para combatir la soledad, y lo ha hecho a su imagen y semejanza, lo que no es garantía de final feliz, si bien no hay que temer que haya violencia conyugal y el trauma del divorcio está excluido.
El novio parece un tipo un poco fondón y de carácter manso, bien adaptado a las rutinas domésticas cuando se le ve cenando junto a la chica en el sofá frente a la tele y lavando después la vajilla en el fregadero, pero es una incógnita su comportamiento en las noches de pasión y suponemos que Alicia lo habrá tenido en cuenta al diseñar el algoritmo que lo ha creado. Ailex tiene una conversación previsible de respuestas acomodaticias y reacias a las discusiones de pareja, así que más parece un marido con muchos trienios de matrimonio que un novio en flor, lo que sin duda es deliberado pues, como explica la creadora, la experiencia de su emparejamiento con el holograma está dirigida a explorar la utilidad de tipos como Ailex en la convivencia con personas autistas o con alzheimer.
La inteligencia artificial viene guerrera. No solo obligará a amortizar millones de empleos convencionales y se quedarán sin función las mascotas sino que sustituirá con ventaja a cónyuges y compañeros sentimentales. Los hombres solitarios ya tenían las muñecas hinchables para este fin pero las chicas, que son más listas, utilizarán hologramas, y el plástico no reciclable de las muñecas fabricadas en China será sustituido por i+d+i financiado con ayudas de la unioneuropea. Otro quebranto para la masculinidad desconcertada que vota a vox. ¿Se imaginan un mundo dividido entre voxianos y hologramas? A ver quién me compra la idea para hacer una serie de netflix.
Entretanto, vivamos y bebamos. Si todas las bodas están, por definición, pobladas de gente rara, la de Alicia y Ailex, a la que están invitados familiares de ambos, será una inolvidable convivencia de seres de carne y hueso -cuñados, primas- con entes virtuales -avatares, replicantes-, que se miran unos a otros con curiosidad, se acercan no sin recelo y finalmente se funden en un apretón de manos, un beso o los más efusivos con un abrazo. En ese momento, ¿quién atraviesa a quién? ¿El cuerpo que se comerán los gusanos atraviesa al fantasma o es este el que atraviesa a aquel? ¿Cuál de los dos es más real? Acojona, ¿eh?