Historias donde se entremezclan y confunden el sueño y la vigilia, y donde operan héroes turbios, equívocos, en escenarios de bosques envolventes, callejones retorcidos que desembocan en la oscuridad, edificios de racionalidad geométrica y zahúrdas habitadas por una humanidad de cabezas porcinas o simiescas, ojos desorbitados, miradas torvas e inquietas, gestos hiperbólicos, manos como garras y puños crispados.
Al final, todo es lucha de clases
Cuando una crisis sacude al capitalismo vigente, los capitalistas la sienten en los libros de contabilidad pero las clases menestrales sienten el temblor del suelo bajo sus pies.
Atentado de falsa bandera
Ciertos caracteres necesitan una fe ciega y envolvente para dar sentido a su vida. Un psiquiatra, como es el presunto homicida de Magdeburgo, debería tener una respuesta científica a este hecho, pero parece obvio que no es así.
El país de las agendas y de los escaqueos
El busilis de la cosa es que el gobierno no sabía dónde se encontraba el jefe del estado en el momentum parisino, lo que lleva a tiempos pasados y recientes, de fastidiosa memoria.
¿Qué ocurre en Siria?
La eufórica muchachada que vemos en el telediario empuñando el inevitable AK47 pregona la libertad pero no deberíamos engañarnos sobre su sentido.
La reputación del dispensador de componendas
Vivimos un tiempo de reputaciones manchadas e inciertas. La calle está tan embarrada que el paso descuidado de un patinete puede echar a perder el traje con el que laboriosamente cubres tus vergüenzas.