La dialéctica entre orden y barbarie. En la calle, jóvenes apelotonados y eufóricos, exudando vida por todos los poros, y en las tribunas de opinión, tipos maduros entre titubeantes y enfurruñados, a los que el sistema de videoconferencia les da un aire macilento y fantasmal, aconsejando prudencia y recordando el protocolo.
La gran trola
La derecha no produce doctrina, como se esfuerza en hacer la izquierda, porque no la necesita, solo gestiona trolas, o, como dicen finamente, relatos alternativos. Las lanza al espacio como un satélite de apariencia inocua y si funcionan para sus propósitos las conserva y las alimenta como una fuente de energía hasta que, con suerte, producen una reversión en el imaginario dominante.
Entrevista al vampiro
Véase por el lado bueno, los prescriptores de la vacunación siempre podrán utilizar este persuasivo argumento: si no te vacunas terminarás como ese tío tan horroroso que ha aparecido en lo de Évole.
Lameculos y sublevados
La pandemia, disparada; el virus, en su apoteosis; los servicios hospitalarios, al borde del colapso; la vacuna, la famosa luz al final del túnel, convertida en una noción errática, insuficiente y, como cualquier bien público, objeto de corrupción. En este paisaje se abre un abismo repetitivo, de tragedia nacional, cualquiera que sea la acepción que se dé al término nación.
Vacunas honoríficas
Abajo, en la plaza pública, la tele muestra a abuelos y sanitarios, los primeros en la línea de fuego, que ofrecen su brazo a la aguja con una sonrisa, y una suerte de beatitud, sentido de la justicia y reconfortante esperanza se extiende a través de los pliegues de la opinión pública, hasta que irrumpe la noticia de los ediles gorrones y se produce un gran desconcierto.