Los viejos tienen, tenemos, una imperiosa necesidad de estos gestos vindicativos porque nos acompaña la creencia, no siempre infundada, de que nadie se acuerda de nosotros.
Ritos de paso
Ahora toca el golpe de timón que marque la nueva era. Don Sánchez ha tomado nota de toda la agitación de estos años de crisis: el fallido ‘prusés’ catalán, la emersión y el declive de ‘ciudadanos’ y ‘podemitas’, la aparición de la extrema derecha, la debilidad de la derecha de toda la vidasiempre asediada por su impenitente corrupción, y sobre estas ruinas humeantes va a jugársela con los indultos, que, sobre el papel, están llamados a estabilizar el sistema e iniciar una nueva singladura, fondos europeos mediante.
La espalda del césar
La construcción de héroes ha sido oficio tradicional de cronistas y escritores, pero ahora también están en el negocio asesores políticos y publicistas. La corte que rodea a don Sánchez está entregada a hacer de él un césar en la línea, para decirlo con un ejemplo cercano, de don Felipe González.
Cortafuegos
Pero ahora mismo es imposible ocultarlo. La crisis de la monarquía está de actualidad, como las mascarillas, la caída del turismo o los pijos holandeses que no quieren mutualizar la deuda española. Y siempre que una novedad agita la plaza pública, el habla segrega palabras nuevas, para atrapar y enjaular la cuestión en términos digeribles para el común.
La banalidad del mal
Llegará un momento, y pronto, en el que no distinguiremos los despuntes de los aplanamientos. El mundo gira y no siempre se distingue el alba del ocaso, fenómenos que por último ocurren todos los días. La pandemia entrará en ese marco, que tan bien conocemos, en el que el discurso público y la experiencia privada discurren en órbitas distintas y ajenas.