El crimen del gobierno es una constante histórica pero los vejetes embozados en estos días pertenecemos a la primera generación a la que se hizo creer que el esfuerzo político podría erradicar esta lacra. Ya se ve que no. Volvemos a un siglo atrás, a la época de nuestros abuelos. Y con la mascarilla puesta.
Queer
El movimiento feminista se ha visto alterado y en alguna medida amenazado por la reivindicación de la teoría queer llamada libre autodeterminación de género, según la cual el individuo tiene derecho a adscribirse al sexo que sienta suyo sin peros en el registro civil.
Feminismo infeccioso
La denuncia del 8-eme y la instrucción judicial subsiguiente, de haberse llevado a término, tenía como objetivo obvio derribar al gobierno, pero el impulso procede de un discurso anterior que identifica el feminismo con un grave peligro social y, pandemia mediante, con una fuente de infección orgánica.
La ciudad de las mujeres
El viejo se echa a la calle ocupada por la militancia de las mujeres. Lo hace por sentido cívico, por la convicción de que el feminismo es la primera y más importante revolución de este siglo ¿y a quién no le gusta ser testigo de una revolución? y porque sus nietas están ahí manifestando su derecho al futuro con una pancarta en la mano.
Melena al viento
Doña Ayuso es una dama intrépida y disparatada, a la que espera un largo futuro en esta sección de la industria del entretenimiento que es la política. Ahora ha comparecido en el febril horno arábigo, suelta la melena y los antebrazos desnudos, en los actos de la final de la supercopa de fútbol español que se celebra en el país árabe.