El dinero sigue volando por ahí, de un sitio para otro a su arbitrio, pero los seres humanos se han quedado clavados en el suelo, despojados de empleos y rentas y aquejados de estados alucinatorios según los cuales el territorio se mueve, las fronteras se quiebran y los individuos se descubren nuevas identidades hasta ahora desconocidas.
Libertad, ¿para qué?
La dialéctica entre orden y barbarie. En la calle, jóvenes apelotonados y eufóricos, exudando vida por todos los poros, y en las tribunas de opinión, tipos maduros entre titubeantes y enfurruñados, a los que el sistema de videoconferencia les da un aire macilento y fantasmal, aconsejando prudencia y recordando el protocolo.
La giganta y el huerfanito, un cuento catalán
Nombres de batallas, Waterloo, Lledoners, que fueron derrotas y son anuncio de la victoria final; un pretendiente en el exilio, varios caudillos de facción y múltiples facciones en el campo. Déjense arrastrar por la lógica del sueño y se encontrarán en la enésima carlistada contada por los hermanos Grimm.
Yo soy de Pannekoek
Una de las características de la actual clase política, de la extrema derecha a la extrema izquierda, es que todos proceden de la clase media; quizá la cultura política que han mamado en sus casas sea esta o aquella pero en su procedencia social hay una homogeneidad absoluta y todos tienen el mismo objetivo, que es garantizarse un lugar en el único ascensor social disponible.
Genio para el caos
Érase una vez hace muchos, muchos años que nuestro amigo Jordi nos llevó una noche a las fiestas de la Mercè en Barcelona. En aquel tiempo de inocencia, ni en el más aciago de los viajes de ácido podríamos imaginar el oculto genio para el caos que anida en el alma de los catalanes.