La tentación de inmortalizarse a uno mismo mediante un selfie en la boca del tigre de Bengala que va a dejarte en los huesos un instante después es irresistible. Lo curioso es que estos documentos gráficos tienen el efecto de fomentar nuestro amor por los tigres y despiertan el apetito de ser devorado por ellos.
Saltos de alegría
La sentencia era previsible porque el aludido se presentó a las elecciones europeas en plena posesión de sus derechos políticos y fue elegido eurodiputado con todas las de ley y sin que nadie lo recurriera. La sentencia condenatoria vino después.
El campo de batalla
La quiebra de las convenciones del fútbol es el principio del fin de nuestra civilización. El fútbol es la perfecta simbiosis de elite y plebe; la prefiguración de la nación con todos sus atributos: bandera, himno, héroes victoriosos, milicias de hinchas, patriotismo tribal y gobierno de los más ricos.
Ensimismados
Los documentos incautados a la camarilla impulsora del ‘prusés’ demuestran que se lo pasaron pipa mientras duró. Tenían servicio de inteligencia interior y exterior, comisariado político, gabinete de estrategia y… listas negras. Aún no habían alcanzado la libertad y ya diseñaban la dictadura. Lo asombroso es el ensimismamiento con que jugaban a conspiradores, absortos como un niño ante la play.
La república digital
El candidato de los liberales ibéricos don Rivera nombra asesor electoral a un gozquecillo como el emperador Calígula nombró senador a su caballo. El romano adquirió por eso fama histórica y el político hispano ha llevado su fama hasta el último confín de las redes sociales; ambos con la misma caracterización: idiocia aguda.