La gran aportación de los ciudadanos naranjos, o de su dirigencia, si se prefiere, ha sido sentar la evidencia de que la política es lo que acontece en la pantalla del televisor y en los dispositivos móviles concectados. Lo más profundo es la piel es un célebre aforismo de Paul Valéry que trasladado a la circunstancias de nuestro tiempo puede traducirse como lo más profundo es la pantalla táctil, donde anida el espíritu humano y la conciencia colectiva.
Resurrección súbita
Don Casado tiene una sola prioridad, que es devolver al pepé la hegemonía absoluta en la derecha, como en los tiempos aznáridas, y para eso necesita neutralizar a los epifenómenos que han crecido alrededor. Los voxianos son más difíciles de domar porque están encantados en su recién adquirido papel de instructores de tiro al blanco de la derecha, pero los ciudadanos naranjos están en almoneda.
El estado en el bolsillo
Hoy, la expresión el estado en la cabeza está en desuso y bien podría considerarse una broma o incluso un insulto si se aplicara a alguno de los personajes de cabeza hueca, otra expresión en desuso, que engrosan nuestra clase política, los cuales, además, ni siquiera necesitan disimularlo.
Un gobierno en el alambre
Así que vamos a tener un gobierno en el alambre, pendiente de los mil palitroques que lo sostienen: un diputado aquí, otro diputado allá; este que quiere, aquel que no, y así un día tras otro en medio del fragor de una oposición encabronada, resuelta a acabar con el gobierno y su presidente y de seguido aplicar el 155 a todo el país, en el que las urnas han revelado que hay más traidores que patriotas.
Palabras como piedras
Hay palabras que surgen de la constelación del lenguaje y, a medida que se hacen audibles e inteligibles, adquieren un cariz amenazador, incluso catastrófico, como esos meteoritos que aparecen en el telescopio como un diminuto punto luminoso y mientras nos preguntamos por su órbita, ya gravitan sobre nuestras cabezas a toda pastilla. Una de estas palabras es constitucionalistas.